sábado, mayo 12, 2007


Men at Work
Travelling in a fried-out combie

On a hippie trail, head full of zombie

I met a strange lady, she made me nervous

She took me in and gave me breakfast

And she said,

"Do you come from a land down under?

Where women glow and men plunder?

Can't you hear, can't you hear the thunder?

You better run, you better take cover".

Buying bread from a man in Brussels

He was six foot four and full of muscles

I said, "Do you speak-a my language?"

He just smiled and gave me a vegemite sandwich

and he said,

"I come from a land down under

Where beer does flow and men thunder

can’t you hear, can't you hear the thunder?

You better run, you better take cover".

Lying in a den in Bombay

With a slack jaw, and not much to say

I said to the man, "Are you trying to tempt me

because I come from the land of plenty?

And he said,

"Oh! Do you come from a land down under? (Oh yeah yeah)

Where women glow and men plunder?

Can't you hear, can't you hear the thunder?

You better run, you better take cover."

jueves, mayo 10, 2007

El Triple Filtro de Sócrates


En la antigua Grecia, Sócrates fue famoso por su sabiduría y por el gran respeto que profesaba a todos.
Un día un ciudadano se encontró con el gran filósofo y le dijo:
¿Sabes que escuche acerca de tu amigo?...
-Espera un minuto- replicó Sócrates. Antes de decirme nada quisiera que pasaras un pequeño examen. Yo lo llamo el examen del triple filtro.
-¿Triple filtro?-
-Correcto- continúo Sócrates-. Antes de que me hables sobre mi amigo, puede ser una buena idea filtrar tres veces lo que vas a decir. Es por eso que lo llamo el examen del triple filtro. El primer filtro es la verdad.
-¿Estás absolutamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto?-
-No- dijo el hombre-, realmente solo escuche sobre eso y…
- Bien- dijo Sócrates.
Entonces realmente no sabes si es cierto o no. Ahora permíteme aplicar el segundo filtro de la bondad. ¿Es algo bueno lo que vas decirme de mi amigo?
-No, por el contrario…
-Entonces, deseas decirme algo malo sobre él, pero no estás seguro de que sea cierto. Pero podría querer escucharlo porque queda un filtro, el filtro de la utilidad. ¿Me serviría de algo saber lo que vas a decirme de mi amigo?
-No, la verdad que no.
-Bien- concluyó Sócrates-. Si lo que deseas decirme no es cierto, ni bueno, e incluso no es útil ¿para qué querría saberlo?
Usa este triple filtro cada vez que oigas comentarios sobre alguien…

Puede que esta anecdótica enseñanza se conozca, pero no porque sea menos sabida será menos cierta o podrá sernos de menos utilidad.
En muchas ocasiones nos han dicho frases hechas de “quien tiene un amigo tiene un tesoro” la cultura popular guarda en su simpleza gran sabiduría. De hecho, de lecciones simples nos eruditan los grandes, Budha – recto pensar, recto actuar, recto caminar- o las palabras tan conocidas de Jesucristo.
Los amigos son una gran satisfacción, contar con ellos se cimienta en pilares de confianza, respeto, comunicación, afecto y empatía, en realidad como todas las relaciones humanas deberían están edificadas en estos valores.
Y todo esto se puede perder por diferentes prejuicios y largos silencios de incomprensión, de imposición de nuestras opiniones por encima de los sentimientos de los demás. Los amigos nos se fuerzan surgen, tropiezas con ellos con cierto azar, por eso los verdaderos amigos se cuentan con los dedos de la mano o incluso con menos. La amistad tiene una receta que aunque sencilla siempre es difícil porque nos puede llevar en ocasiones a conflicto; cuidar las formas de expresión, dedicar tiempo a los amigos pero sin perder la cabeza, ser generoso, relacionarte con un amigo sin intereses propios, apreciar la amistad como un tesoro, saber pedir perdón, dar antes que pedir… los ingredientes de esta receta puede variar pero la tarta que resulta de estos ingredientes debe ser lo que quede bien, un dulce de amistad basado en valores éticos, humanos y con el corazón.

miércoles, mayo 02, 2007

Amante


Mi dulce hurí… ¿Qué le dirías a la amante manchada? ¿Qué le dirías a esa persona que aunque amas con todo tu ser es causante de un gran conflicto? ¿Gritarías a los brazos calidos de la pasión?, ¿golpearías a los besos húmedos de la lujuria?
¿Arrancarías de tu pecho ese martillo latente que ahoga tus sentidos que nubla tu razón en pegajosos olores, en sudorosos bailes bajo las sabanas?
Mi lucero de la mañana… ¿Qué haría ella? ¿Abandonaría un amor sin salida, un amante maldito y condenado?, la soledad suicidaría su llanto con golpes de pecho. ¿Renunciaría por él cuando él es incapaz? ¿Se sacrificaría ella por el bien de terceros?

Amaría sus lágrimas de arrepentimiento, su pena por dejarme cada noche sin su abrazo, su temor por no regresar al alba.
Guardaría su olor fuerte, su sabor agridulce, su tacto seco y recio.
Soportaría la culpa rogándole con cada lluvia que me desenganchara de él, perdonaría mi mal con mi debilidad sufrida, con mi diabetes de amor que hace del otro insulina de vida. Arrebatos de cólera pesarían en mi alma, la inocencia e ignorancia amansaría mi torrente cardiaco de dolor.
El destino fue causante del enlace mal avenido, nosotros solo dos marionetas variopintas del decorado que en un tras pies entrelazamos nuestros hilos para siempre.
La solución de todos los cabos, de todos los caminos posibles acarrea sufrir, pena, tristeza y una profunda nostalgia.
¿Por qué la pobre victima o no tan victima debo pagar el error ajeno? ¿Por qué si mi sangre ardiente no pudo resistirse a tus encantos he de restituir tu seducción oscura?
¿Qué palabra escojo, que silencio marco, que acción realizo para terminar este dulce infierno?