lunes, febrero 26, 2007

Emma


Acabo de terminar con una dama francesa del XIX de enorme belleza, largos cabellos hechos bucles, recubierta con tela de mármol pálido haciendo brillar su rostro inmaculado que encierra sueños de perversión y lujuria. No satisfecha con su vida lucha por alcanzar castillos de arena que se desmoronan con el oleaje marino.
Su padre de frente ilustre y largo bigote relata su vida, sus inquietudes, sus pesares...

Al comienzo su abstracto deletreó en silabas llenas de riqueza con un desbordante de lenguaje, palabras que enganchan por su arte por su musicalidad y poesía, ya que el padre artístico de esta mujer de blondos cabellos oscuros vivió una época donde la prosa servia para cantar al igual que la poesía para narrar, influenciado por el romanticismo aunque tildado su estilo, de una manera acertada, de realismo, este padre suyo la vistió de colores idealistas, emocionales y un tanto extravagantes.
Vivió después de la Revolución Francesa cuando se instauro la Monarquía de Julio mi belleza amistad nunca se intereso por los devenires políticos ni sociales en esto tuvo cierta semejanza con su progenitor que tampoco deseo impregnarse de tales movimientos a diferencia de algunos compañeros de profesión como Zola o Lamartine. Belleza de género del escrito francés, donde forma a la que algunos consideran a la hermana de Ana Ozores mujer abnegada y española que se hospeda en la Regenta.

El tiempo de mi desventurada no es a la par que su antecesor, vive en un pueblo donde la iglesia y el fanatismo rivalizan con la naciente ciencia aun verde e impúber.
Pero su infancia enclaustrada en un austero convento donde se entrega de forma pasional rozando lo carnal al sagrado sacramento, los finos olores de iglesia fueron su más exquisito perfume, los ropajes sobrios su vestido de gala hasta que las manos sucias de la lujuria y la pasión varonil impregnaron su alma, personificados en viejos libros de galantería, damas frágiles y exentas de amor vano e insostenible.
Saliendo de aquel enmohecido lugar marcho a brazos de un marido sin espíritu y sin sangre pero de gran corazón ciego a las demandas de su soñadora y evasiva mujer.
Mi compañera de corta travesía vio entonces un abismo infinito donde no vio luz, la monotonía de sus días consumía su ansia y su voluntad sustituyéndoles por molduras y mascaras de virtuosidad y moralista hipócrita.

Dejandose llevar en una marea de locura amorosa que sin sentido va royendo poco a poco su alma, arrastrando su caracasa por un camino sin salida que no lucha por su dignidad

Mi desdichada dama con tan fino talle esculpido en algodones y blancos mármoles sueña dulcemente arropada en el candor de su desgracia, la falsa moral compañera de esta joven preciosa, la pasión de los cuerpos, el ciego fingido de aquellos que no quieren ver. El engaño al corazón dolido disfrazando su realidad de sedas rosas, alfombras de fino lino, paños de frufrú.
Lastima de vida deseando las estrellas del cielo sin descubrir las brillantes luciérnagas del suelo.
Espero mi dulce Madame que ahora descanses en un paraíso donde todos los días sean nobles gestas con guirnaldas de pasión y amores poéticos, por la tristeza de soñar.
A pesar de la desgracia padre e hija hicieron de la sociedad una visión nueva, la golpearon en las entrañas intentando expulsar la ignorancia y la fatalidad de la hipocresia encubierta en una moral carcomida y envejecida por las antiguas creencias pasadas de tiempo

2 comentarios:

NSN dijo...

Qué bello traer aquí a colación a Madame Bovary, prima de la decadencia creada por aquella Pamela. Madame Bovary es la novela burguesa de Flaubert por excelencia, nada más regresar del viaje a Oriente (Egipto, Líbano, Antilíbano, Turquía, Grecia e Italia) durante dos años junto a Maxime Du Camp. Curioso que escribiese después de ese viaje la novela con menos presencia exótica, quizás porque definitivamente decidió, mediante una crítica atroz, Emma, Emma, acabar de una vez por todas con la clase a la que pertenecía: "Madame Bovary c'est moi" -decía, porque Madame Bovary es todos nosotros, y la sed insaciable de búsqueda de lo novedoso más allá una ética, en este caso de amantes, caracteriza a una clase social en crisis, en decadencia.
Mil gracias Rosa, si supieras cómo me apasiona el señor de los bigotes largos...

Unknown dijo...

El señor de largos bigotes es un escritor que embriaga por sus temas e hipnotiza con el vaivén y con la danza de su prosa. He leído solo Madame Bovary y Salambó que también impresiona y enamora por su historia intensa, indescriptible con decorado la fabulosa Cartago, especie de "espejismo" en el que se aplican a la Antigüedad los procedimientos de la novela moderna", palabras del propio autor. Ahora cuando tuviera tiempo me gustaría leer Viaje a Turquía
Me alegra conocer a otra persona que también haya leído a Emma, (pequeño reflejo de la musa y amante de nuestro alopécico autor Louis Colet)
Muchas gracias Nieves un placer y una alegría coincidir en aspectos literarios