
Mi dulce hurí… ¿Qué le dirías a la amante manchada? ¿Qué le dirías a esa persona que aunque amas con todo tu ser es causante de un gran conflicto? ¿Gritarías a los brazos calidos de la pasión?, ¿golpearías a los besos húmedos de la lujuria?
¿Arrancarías de tu pecho ese martillo latente que ahoga tus sentidos que nubla tu razón en pegajosos olores, en sudorosos bailes bajo las sabanas?
Mi lucero de la mañana… ¿Qué haría ella? ¿Abandonaría un amor sin salida, un amante maldito y condenado?, la soledad suicidaría su llanto con golpes de pecho. ¿Renunciaría por él cuando él es incapaz? ¿Se sacrificaría ella por el bien de terceros?
Amaría sus lágrimas de arrepentimiento, su pena por dejarme cada noche sin su abrazo, su temor por no regresar al alba.
Guardaría su olor fuerte, su sabor agridulce, su tacto seco y recio.
Soportaría la culpa rogándole con cada lluvia que me desenganchara de él, perdonaría mi mal con mi debilidad sufrida, con mi diabetes de amor que hace del otro insulina de vida. Arrebatos de cólera pesarían en mi alma, la inocencia e ignorancia amansaría mi torrente cardiaco de dolor.
El destino fue causante del enlace mal avenido, nosotros solo dos marionetas variopintas del decorado que en un tras pies entrelazamos nuestros hilos para siempre.
¿Arrancarías de tu pecho ese martillo latente que ahoga tus sentidos que nubla tu razón en pegajosos olores, en sudorosos bailes bajo las sabanas?
Mi lucero de la mañana… ¿Qué haría ella? ¿Abandonaría un amor sin salida, un amante maldito y condenado?, la soledad suicidaría su llanto con golpes de pecho. ¿Renunciaría por él cuando él es incapaz? ¿Se sacrificaría ella por el bien de terceros?
Amaría sus lágrimas de arrepentimiento, su pena por dejarme cada noche sin su abrazo, su temor por no regresar al alba.
Guardaría su olor fuerte, su sabor agridulce, su tacto seco y recio.
Soportaría la culpa rogándole con cada lluvia que me desenganchara de él, perdonaría mi mal con mi debilidad sufrida, con mi diabetes de amor que hace del otro insulina de vida. Arrebatos de cólera pesarían en mi alma, la inocencia e ignorancia amansaría mi torrente cardiaco de dolor.
El destino fue causante del enlace mal avenido, nosotros solo dos marionetas variopintas del decorado que en un tras pies entrelazamos nuestros hilos para siempre.
La solución de todos los cabos, de todos los caminos posibles acarrea sufrir, pena, tristeza y una profunda nostalgia.
¿Por qué la pobre victima o no tan victima debo pagar el error ajeno? ¿Por qué si mi sangre ardiente no pudo resistirse a tus encantos he de restituir tu seducción oscura?
¿Qué palabra escojo, que silencio marco, que acción realizo para terminar este dulce infierno?
¿Qué palabra escojo, que silencio marco, que acción realizo para terminar este dulce infierno?
2 comentarios:
Los lugares que abre el amor, también tienen esos sinsabores. Todo es bello, en sí y por sí, en una serie de lenguajes que llaman al azar. Sí, si los sistemas dinámicos, como el clima, siguen el efecto mariposa, impredecible, las cuestiones del latido y del corazón también. A veces se abren puertas inimaginables, lugares que no tienen espacio más que dentro de la imaginación. A veces caminamos lugares paradisíacos, y, sin darnos cuenta, entramos en un lugar que llama al abismo. ¿Qué hacer? Aprender los mínimos de su lenguaje, y seguir caminando generosamente sin importarnos el dolor, porque forma parte de una de las cosas más bellas que nos ha regalado la vida, el sentir es fuerza vital que mueve montañas por el otro.
Muchas gracias Nieves, lo necesita, una visión fresca con intensa sinceridad que de una nueva mirada a un suceso que viven personas de fuera y de muy dentro. Gracias por ese mirar claro, conciso y dicho con el corazón.
Y yo también te admiro, ese hermoso pensar lleno de solidaridad y comprensión, gracias.
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